Cambio Climático ¿ Podemos Salvar el Planeta?: Introducción

Posted by SOCIALISMO REVOLUCIONARIO On jueves, 1 de mayo de 2008 0 comentarios


Introducción:



Pete Dickenson, Socialist Party, CIT Inglaterra.

Londres, 13 de abril, 2005.



Hay nueva evidencia que la amenaza debido al calentamiento global está aumentando.


El Calentamiento Global es el aumento de las temperaturas de la tierra producto de la alta con­centración de dióxido de carbono (C02) y otros llamados gases de invernadero en la atmósfera como resultado de la combustión de combustibles fósiles como carbón, petróleo y gas.


Un portavoz del British Antarctic Survey (Investigación Antártica Británica) dijo en una conferencia promovida, por la Met Office en Exeter, en febrero que el masivo bloque de hielo Oeste Antártico puede estar en peligro de desin­tegración, elevando el nivel del océano en 4.9 metros, si desaparece completamente. En la conferencia se dijo que como las temperaturas suben 3 °C por sobre los niveles preindustriales en los próximos 70 años, la amenaza que enfren­tamos se multiplica rápidamente.

Basado en la actual producción de gases invernadero y en las proyecciones de emisión en el futuro inmediato, este tamaño de aumento ahora es inevitable. Incluso si los gases contami­nantes fuesen reducidos ahora en el 60% nece­sario para que sea sustentable, probablemente tomaría 70 años, posiblemente más, antes que una reducción de las temperaturas promedio fuera vista.


La temperatura superficial global media está actualmente en 0.7 °C sobre el nivel antes de que comenzara la revolución industrial en 1750. Está previsto que suba 1°C sobre el nivel pre industrial en los próximos 25 años, lo que provo­cará problemas de escasez de agua y la dismi­nución de la producción de comida en los países pobres.

A mediados del siglo XX, los efectos del calentamiento serán más pronunciados cuando la temperatura de la tierra suba 2°C sobre el nivel de 1750. Para entonces habrá pérdidas sus­tanciales del hielo del océano ártico y las regio­nes del mediterráneo serán golpeadas por más incendios forestales y plagas de insectos. Plantas y especies animales también estarán amenaza­das de extinción.


Esto será particularmente serio si, como está predicho, los bosques de árboles de hoja ancha de China son afectados, ya que los bosques de este tipo absorben C02 y de esta manera reducen los efectos del calentamiento global. También, es posible que el incremento de 2°C pueda suceder antes de 2050 porque la concen­tración de C02 en la atmósfera que eventualmente provocará el aumento a esta tempe­ratura será alcanzado solamente en 10 años a partir de ahora, o posiblemente antes. Las predicciones sobre que tan rápido subirán las temperaturas después de esto son inciertas.


Se sufrirán consecuencias mucho más serias cuando se alcance el incremento de 3°C, proba­blemente algo antes de 2070. Podría ocurrir un daño irreversible en los bosques lluviosos del Amazonas, llegando hasta su colapso, entonces habrá un rápido aumento de las poblaciones ex­puestas al hambre. Sobre 5.5 billones de perso­nas estarán viviendo en regiones con grandes perdidas en la producción de granos.


Si las temperaturas siguen subiendo después de 2070, habrá peligro de que sucedan eventos catastróficos, tales como el derretimiento completo del hielo polar. Esto llevaría a inmensos aumentos de los niveles del océano o la desapari­ción de la corriente del Golfo, paradojalmente causando una nueva edad de hielo en el noroeste de Europa.



Capítulo1: Aumento "sin precedentes"

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Algunos científicos medioambientales incluso consideran estas graves predicciones como con­servadoras y prevén "la peor situación" de las temperaturas subiendo sobre 11°C en 2050 de acuerdo con un informe reciente en la revista Nature science journal. El académico Bob Spicer de la Open University es citado diciendo que una temperatura tal sobre la superficie no tendría precedentes en la historia de la Tierra.


Un alza de 11°C en las temperaturas está basada en la predicciones actuales de los futuros niveles de CO2, pero estos podrían estar subestimados debido al llamado "efecto de retroalimentación", parcialmente causado por un aumento de las temperaturas del océano. Normalmente el océano absorbe CO2 y así ayuda a reducir sus niveles en la atmósfera, aliviando los problemas del calentamiento global.


Pero a medida que aumentan las temperaturas de los océanos como resultado del calentamiento global, su capacidad para tomar CO2 se reduce y eventualmente se revierte, llevando a los océanos a ser emisores netos de gas. Así de ayudar a resolver el problema los océanos podrían comenzar a amplificarlo. De manera preocupante, en la conferencia de Exeter se dio nueva evidencia que un efecto similar podría ocurrir con el suelo dando un giro adicional a la espiral hacia abajo.


La mayoría de los líderes capitalistas ahora reconocen que el calentamiento global es una seria amenaza a medio término a la que hay que considerar. La principal excepción a esto es Bush, quien representa los intereses de las grandes compañías petroleras y de gas de EE.UU., y como tal se rehúsa a tomar parte en ninguna acción que trate de reducir las emisiones.


El programa que los otros líderes tienen está basado en el protocolo de Kioto firmado en 1997 que tiene la meta de reducir los gases del calen­tamiento global en 4.8% de sus niveles de los 90 en el 2012.

Este objetivo es muy modesto ya que la mayo­ría de los expertos piensan que se necesita una reducción del 60%, y muchos activistas me­dioambientales ponen la cifra más alto.

Un examen en detalle a las previsiones del tratado de Kioto muestra que incluso sus modes­tos objetivos de reducir las emisiones en 4.8% son falsos. El nivel para el objetivo fue esta­blecido deliberadamente en 1990, que fue antes del colapso de las economías de Europa del Este que provocó la reducción a la mitad de su pro­ducción de gases invernadero, lo que significa que grandes reducciones habían tenido lugar por adelantado para ayudar a alcanzar la "meta".

Se supone que el tratado opera a través del comercio de polución permitiendo que las firmas sobre la meta compren de aquellas que están bajo la meta. En la practica, las empresas en los países capitalistas desarrollados estarán com­prando ampliamente permisos de Europa del Este porque allí hay capacidad ociosa debido a su colapso económico de hace 15 años atrás. Este trato muy cosmético se preparó para convencer a los Estados Unidos de que participara, pero fracasó completamente.


Capítulo 2: Ganancias amenazadas

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Blair prometió hacer del Calentamiento Global un asunto clave en la reunión del G8, el club de los países capitalistas más importantes más Rusia, que está presidiendo en este momento.


Sin embargo, el gobierno británico acaba de decidir recortar la meta de Gran Bretaña para el objetivo de reducción para 2012 de emisiones de gas invernadero de 20% a 12% de sus niveles de 1990. Esto se hizo después que la organización de los empresarios, la CBI, hiciera lobby intensamente con el gobierno. Ellos dijeron que afectaría las ganancias de las empresas de sus miembros.


Además Gran Bretaña recién ha aparecido en los ranking como uno de los países menos amistosos del mundo desde el punto de vista medioambiental, apareciendo en el lugar 66 de entre 146 naciones auditadas por el Environmental Sustainability índex (índice de Sustentabilidad Medioambiental).

Más allá de dejar al descubierto su hipócrita doble discurso habitual, la retirada de Blair tiene una significación más profunda. Muestra que para él, las necesidades de las grandes compañías tie­nen prioridad. Si las ganancias están amenaza­das, tratar con una catástrofe probable futura es bajado en la agenda.


Los EE.UU. se niegan a unirse a Kioto por razones similares. Ya que Norteamérica produce 25% de los gases invernadero global, sus corporaciones son las que tienen, de lejos, más que perder si un sistema de "hacer pagar al que contamina" es introducido. Incluso a pesar de que el tratado es ampliamente cosmético, Bush (y Clinton antes) lo vieron como la delgada punta de una cuña y por eso lo rehuyeron.

La abstención de los EE.UU. también hará al sistema de comercio de permisos muy inefecti­vos porque la participación de Norteamérica es crucial, ya que es de lejos el mayor comprador potencial de permisos en el mercado.


Incluso si una alternativa viable a Kioto se pone sobre la agenda, los costos implicados serán una amenaza para las ganancias de las compañías y prevendrán cualquier intento serio de implementarla, esta es la lección de Gran Bretaña y los EE.UU.


La rivalidad capitalista internacional complica el problema porque el país más poderoso, los EE.UU., es el que más tiene que perder y enca­bezará los intentos por bloquear cualquier acción significativa sobre el calentamiento global.

Otro factor que bloquea el progreso es que la anarquía del sistema de mercado hace imposible planificar siquiera unos cuantos años por anticipado, mientras que cualquier programa de sustentabilidad debe ser planificado por décadas.

El dilema de los principales países capitalistas es que ellos necesitan introducir un programa viable para reducir el calentamiento global pero no están dispuestos a pagar por él, especial­mente si cualquier país debe perder significati­vamente más que un rival. Por supuesto todos perderán si hay una catástrofe medioambiental pero esta es una consideración secundaria en la lógica de corto plazo de su sistema basado en el lucro.

Como una salida de su impasse las principales potencias industriales, algunas más abiertamente que otras, cada vez más se vuelven hacia la energía nuclear. La ventaja que ven es que la energía nuclear, por coincidencia, no produce gases invernadero y la tecnología es barata en relación a la inversión requerida en energías renovables como la eólica, la de mareas o la energía solar.

Sin embargo el aumento de la energía nu­clear produciría cada vez más basura nuclear, para la cual no se ha desarrollado ningún método de almacenamiento seguro. Esto aumentaría las posibilidades de otro desastre tipo Chernobyl.


Capítulo 3: La alternativa socialista

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Bajo el sistema capitalista de "libre mercado", el futuro medioambiental es insustentable, ya sea por el Calentamiento Global o por la prolife­ración de basura nuclear tóxica. El creciente fracaso del mercado hace que la gente pregun­te: ¿Cual es la aproximación socialista para hacer frente a la crisis medioambiental?


Aunque el colapso de la Unión Soviética y la degradación del medioambiente en Europa del Este durante la mayor parte del periodo Soviético parecen desacreditar las ideas de la planificación como una alternativa al capitalismo, el uso planificado de recursos será la herramienta esencial para enfrentar el Calentamiento Global y otras amenazas.


Una economía planificada de este tipo, si es controlada democráticamente, es una alternati­va tanto al capitalismo como a la perversión del socialismo practicado en la ex Unión Soviética.


Un sistema social basado en la planificación democrática tendría enormes ventajas inheren­tes en el ahorro de energía. Por ejemplo, evita­ría la duplicación de recursos, la obsolescencia planificada y la destrucción de fábricas y maqui­naria en las depresiones, experimentadas por el sistema capitalista.


Terminar con estas características tendrá un impacto significativo en el aumento del uso de la energía y por tanto en la reducción de la con­taminación. Sin embargo, la mayor ventaja de una sociedad socialista donde la producción es motivada por la necesidad y no por la ganancia, será la capacidad de enfrentar las amenazas utilizando la planificación democrática, compa­rada con la degradación medioambiental inevitable vinculada con la anarquía de la pro­ducción capitalista


Capítulo 4: Energía renovable

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Un plan socialista para el medioambiente ten­dría en su centro un programa de inversión de largo plazo en fuentes de energía renovable, llevando al reemplazo progresivo de las plantas de energía de petróleo, gas y carbón, y de las plantas de energía nuclear. Los trabajadores en esas industrias tendrán que ser reentre-nados y recapacitados para las diferentes tecnologías vinculadas con la generación de energía eólica, de mareas y solar.


Asimismo, la investigación y desarrollo de nuevas técnicas de generación de energía se incrementarán masivamente. Se trabajaría para mejorar la capacidad y eficiencia de tecnologías de energías renovables que actualmente están disponibles tales como células de hidrogeno. Los expertos adicio­nales para hacer esto podrían ser destinados desde la industria armamentista, un sector que rápidamente se vendrá abajo.


Se necesitará desplegar recursos significa­tivos para limpiar el desastre heredado del capitalismo. En especial, los trabajadores de las industrias nucleares estarán atareados en la organización de la recomisión de plantas nucleares y desarrollando formas seguras de almacenar y neutralizar deshechos tóxicos.

Hábitos de consumo amistosos desde el punto de vista medioambiental pueden ser promovidos dando subsidios en áreas claves tales como el transporte público y el uso de materiales reciclables. En general, eco im­puestos, que golpean más fuerte a los pobres, no deberían ser usadas salvo dirigidas a ciertos artículos de consumo de lujo intensivos en energía.


Para implementar este programa será ne­cesario un plan medioambiental integrado el cual será efectivo solamente si las industrias de energía son nacionalizadas bajo el control y la gestión democrática de los trabajadores. La inversión requerida en investigación y desarrollo para una transformación ecológica también solo será efectiva si es parte de un plan integral. Tiene que estar ligado con otros aspectos tales como producción de energía y subsidios a los consumidores.


El proceso de planificación mismo implica­ría la destinación de recursos de trabajo y materias para la producción de bienes y servicios para el beneficio de la sociedad como un todo, incluyendo el medioambiente, antes que producir ganancias para los capitalistas.


La planificación no sería primordialmente una cuestión técnica, su éxito dependería de la crea­ción de cuerpos a través de los cuales la clase trabajadora pueda controlar democráticamente la producción desde los lugares de producción hacia arriba. El aspecto más importante será el control conciente por los trabajadores, sobre una base diaria, de las decisiones que configu­ran sus vidas.


La planificación operaría en tres niveles: nacional e internacionalmente; a nivel de la industria o sector y en los lugares de trabajo individuales. La planificación a nivel nacional e internacional será un área crucial para la sustentabilidad medioambiental.


Aquí la planificación involucrará la destinación directa de recursos destinados a mejoras que hayan sido democráticamente determinadas en todos los países, y acordadas internacionalmen­te. Esto sería imposible bajo el capitalismo debi­do a la amarga rivalidad entre los principales países imperialistas.


Los cuerpos planificadores organizarían el reemplazo paulatino de la energía de combusti­bles fósiles por fuentes renovables y la elimina­ción de materiales no reciclables. Este programa se implementaría por fases consistentemente durante varias décadas, permitiendo la transfor­mación progresiva hacia una sociedad sustentable


Capítulo 5: Planificación democrática

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Los críticos de este programa socialista pueden decir que el fracaso de la Unión Soviética mostró que la planificación no funcio­na. La verdad es que para la época de su colap­so, hace 15 años atrás, la Unión Soviética era famosa por la devastación ecológica. Regiones completas del Asia Central fueran convertidas en desiertos por la agricultura intensiva insustentable.


El Mar de Aral, una de las Fuentes internas de agua más grandes del mundo, había cesado virtualmente de existir. El aire tóxico y la polu­ción del agua alcanzaron tales extremos que áreas completas eran inhabitables. El cuadro fue completado con el peor desastre nuclear del mundo en Chernobyl en 1986.


Este escenario terrorífico, ¿No es acaso la prueba que el "socialismo realmente existente" era un desastre? El primer punto es que la Unión Soviética no podía ser llamada socialista de ninguna manera, aparte de sus primeros años.


El socialismo real tiene que estar basado tan­to en la planificación económica como en cuerpos activos democráticos que controlen todos los aspectos de la sociedad. Esto incluiría armo­nizar las necesidades de los productores, los consumidores y el medio ambiente (bajo el capitalismo siempre habrá antagonismo entre ellos).

Cuerpos democráticos son necesarios como el mecanismo esencial para decidir como destinar los recursos eficientemente y de una manera medioambiental amigable. León Trotsky, colíder de la revolución Rusa de 1917, describió la Unión Soviética como un "estado obrero buro­cráticamente deformado".


Él explicó que aunque el capitalismo había sido derrocado, y técnicamente la sociedad per­tenecía a la clase obrera, en realidad estaba en el puño de los burócratas que habían destruido todos los vestigios de democracia y gobernaban para preservar sus propios intereses.




Capítulo 6: Lecciones de la URSS

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La Unión Soviética fue el primer estado obrero en el mundo y en sus comienzos fue un faro para todos los pobres y oprimidos del pla­neta. Sin embargo, sus ideales democráticos fueron erradicados después de unos pocos años porque la Rusia fue devastada por la Primera Guerra Mundial y después por la intervención de las principales potencias imperialistas y la gue­rra subsiguiente para derrocar la revolución.

En esas circunstancias de total empobreci­miento, la prioridad para la vasta mayoría de la población fue la lucha para sobrevivir. Esa situa­ción Inevitablemente cortaría la participación popular en la dirección de la economía y la sociedad, y creo las condiciones para el desarro­llo de una élite burocrática.


Los burócratas establecieron una sociedad totalitaria gestionada en provecho de su propio interés, a pesar de la heroica lucha contra ellos de Trotsky. Como su contraparte capitalista, los nuevos gobernantes no tenían razones para considerar los efectos de la industrialización sobre el medio ambiente, su foco fue puramente enriquecerse ellos mismos.


Cuando el socialismo se establezca en el futuro es muy improbable que una degeneración así ocurra nuevamente, porque la situación en Rusia fue tan aplastantemente desfavorable debidos a combinaciones únicas de las circunstancias.


Es mucho más probable que una futura sociedad socialista comience a partir de condi­ciones de vida mucho más cercanas a las de los países capitalistas avanzados. Además, las lec­ciones de la Unión Soviética han sido aprendi­das, lo que llevará a una vigilancia aumentada para impedir cualquier vestigio de desarrollo de degeneración burocrática.


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